¡HOLA!
En el siglo XXI los desafíos educativos
actuales son diferentes que en el
pasado, por los cambios propios que la
sociedad ha sufrido, puesto que cada día las sociedades se vuelven más
sofisticadas (o más complicadas) con el uso de tecnologías.
Como menciona (Cardona Ossa, 2002) EL SABER cambia el mundo, y nuestro
mundo está cambiando con la prontitud de saberes nuevos, es por eso que la educación comienza a replantearse nuevos: objetivos,metas,pedagogías y sus didácticas.
Es importante mencionar que la calidad de la educación no
sólo depende de la cantidad de recursos económicos, sino, cómo se emplean éstos,
además que es primordial modernizar el sistema educativo, volverlo universal,
global y prioritaria como menciona D. Gordon Freedman, y otros, (2011) ya que la
educacion contribuirá al crecimiento económico de los países,
permitiéndoles afrontar los retos del Siglo XXI de manera más efectiva. Aunque también es importante
mencionar que la calidad de la educación depende también de las redes sociales del
alumno es decir padres, educadores y amistades quienes son los principales motivadores para que estos continúen con su educación.
Respecto a las
competencias que el docente debe tener se encuentran dedicación, dotes pedagógicas, empatía,
inteligencia emocional y verdadera vocación por transmitir conocimiento y una
serie de valores son elementos determinantes en la calidad de la enseñanza de
acuerdo con (Tedesco, 2011). En palabras de este mismo autor el
alumno del Siglo XXI deberá dejar de
memorizar contenidos específicos, y
deberá «aprender a aprender» en tanto que el docente dejará de ser el
transmisor de conocimientos para pasar a ser el «facilitador» del proceso de
aprendizaje.
Por otra
parte las nuevas con el uso de las tecnologías, en ambientes educativos es
importante señalar las características que debe tener un profesor a distancia
donde el docente al no tener una comunicación cara a cara con el alumno se
vuelve un desafío más complicado. Es por ello que Castillo
Arredondo (1995), Cataldo-Alén (2000) y Herrera Sánchez (2000) en ( Majo , 2005) mencionan las
funciones del docente, sobre todo de los
que educan a distancia.
Función didáctica: El tutor-orientador debe obrar a partir de planteamientos claros y eficaces, los planteamientos deben organizarse en situaciones de aprendizaje, que permitan presentar, facilitar y seguir el comportamiento y la evolución de cada alumno.
Función orientadora: asesorar teóricamente al alumno, recomendando actividades optativas , estar dispuesto para aclarar dudas que pudieran surgir en el proceso además de asesorar en el uso de las fuentes bibliográficas. Tambien es importante lograr que el alumno se interese y se comprometa con el sistema, con la finalidad de evitar su deserción.
Función evaluadora: El docente debe comentar con sus alumnos cada evaluación, explicar y analizar los errores cometidos además ser flexible cuando se perciben problemas.
Función investigadora: básicamente el docente debe revisar los comportamientos didácticos, estudiar situaciones y estrategias nuevas, así como renovar la metodología y adaptarla a cada caso, averiguar las dificultades habituales de los alumnos, para ello es necesario considerar llevar registros de datos, archivos, estadísticas, balance de resultados y todo lo que pueda ayudaro para posteriormente llevar a cabo modificaciones en sus metodologías.
Función administrativa: El docente no puede dejar la función administrativa exclusivamente en manos de colaboradores o subalternos, ya que forma parte del proceso didáctico y debe cooperar activamente en la administración del sistema (involucrarse o al menos saber lo que ocurre en esta área).
Función didáctica: El tutor-orientador debe obrar a partir de planteamientos claros y eficaces, los planteamientos deben organizarse en situaciones de aprendizaje, que permitan presentar, facilitar y seguir el comportamiento y la evolución de cada alumno.
Función orientadora: asesorar teóricamente al alumno, recomendando actividades optativas , estar dispuesto para aclarar dudas que pudieran surgir en el proceso además de asesorar en el uso de las fuentes bibliográficas. Tambien es importante lograr que el alumno se interese y se comprometa con el sistema, con la finalidad de evitar su deserción.
Función evaluadora: El docente debe comentar con sus alumnos cada evaluación, explicar y analizar los errores cometidos además ser flexible cuando se perciben problemas.
Función investigadora: básicamente el docente debe revisar los comportamientos didácticos, estudiar situaciones y estrategias nuevas, así como renovar la metodología y adaptarla a cada caso, averiguar las dificultades habituales de los alumnos, para ello es necesario considerar llevar registros de datos, archivos, estadísticas, balance de resultados y todo lo que pueda ayudaro para posteriormente llevar a cabo modificaciones en sus metodologías.
Función administrativa: El docente no puede dejar la función administrativa exclusivamente en manos de colaboradores o subalternos, ya que forma parte del proceso didáctico y debe cooperar activamente en la administración del sistema (involucrarse o al menos saber lo que ocurre en esta área).
Finalmente, con todo lo mencionado anteriormente es importante que instituciones educativas comiencen a desarrollar o modificar sus planes curriculares donde los docentes puedan asumir
activamente nuevas acciones y compromisos pedagógicos que exige nuestro mundo
globalizado. Además es importante resaltar que se debe permitir al maestro participar en el desarrollo del diseño de
planes y programas de estudio para dejar de percibirlo solo como instrumentador
de la educación e integrarlo como un co-constructor de la misma como bien menciona (Gutiérrez Guzmán, 2005).
Referencia
Majo , Ó. (2005). El rol del docente a
distancia frente al uso de nuevas tecnologías. Didac, 35-40.
Cardona
Ossa, G. (2002). TENDENCIAS EDUCATIVAS PARA EL SIGLO XXI EDUCACIÓN
VIRTUAL,ONLINE Y @LEARNING ELEMENTOS PARA LA DISCUSION. Edutec. Revista
Electrónica de Tecnología Educativa, 1-27.
D.
Gordon Freedman, D.Howard-Jones, P., D. Klein, J., D. Newell, P., D. Nohria,
N., D. Rajgopalan, S., y otros. (2011). La educación del siglo XXI Una
apuesta de futuro. Fundación de la innovación Bankinter, 1-20.
Gutiérrez
Guzmán, P. (2005). El maestro del siglo XXI, co-constructor de una sociedad
humanizante. Didac, 45-48.
Tedesco,
J. (2011). Los desafíos de la educación básica en el siglo XXI. Revista
Iberoamericana de Educación, 31-47.
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